Sabemos que el éxito de un tratamiento o una rutina de cuidado de la piel radica en la personalización del mismo. Cada piel es diferente y tiene unas necesidades diferentes. Conocer perfectamente sus características y estado en el que se encuentra en cada momento es fundamental para poder proporcionarle el mejor tratamiento. Por ello, antes de cada tratamiento se realiza de manera gratuita un diagnóstico de la piel mediante un escáner facial .
El escáner consiste en realizar 3 fotografías de alta resolución con 3 tipos diferentes de luz: natural, ultravioleta y polarizada Con cada tipo de luz se aprecian características concretas de la piel.
Se analizan 7 características de la piel:
- pigmentación superficial
- pigmentación subcutánea
- arrugas y líneas de expresión
- textura
- poros
- porfirinas (suciedad)
- sensibilidad
Cada una de estas características se analiza cuantitatívamente y también en comparación con una base de datos. Se obtiene un resultado que nos sitúa cómo de bien o mal estamos en comparación con otros individuos de nuestra edad y género.
Este análisis nos permite realizar un asesoramiento y tratamiento totalmente personalizado a la necesidad de cada piel.